lunes, 2 de marzo de 2009

[+.Carta a mi Maldito Amado.+]


No necesito a alguien que juegue a la escondida con mi mirada
No quiero ser parte de un juego de sufrimiento contra mí
Quiero la verdad, quiero ver realidades en tus ojos
No quiero un actor que me haga ilusiones así como así.

Sé lo que has hecho, pero quiero oírlo en tus palabras
Sé que lo escondes porque no me quieres perder
Pero quiero recuperar las raíces de éste amor
Y no seguir pudriéndolo, si es así, mejor no volvernos a ver.

Veo mi avance en un vasto camino dorado
Recogiendo los pedazos de mi corazón tirados en él
Y también te veo a ti miles de millas atrás
Tratando de recuperar lo que tú mismo nos hiciste romper.

¿Y ahora intentas hacerme creer que esto se denomina amor?
La inocencia me la quitaste, la ingenuidad me dejó
Tus juegos psicológicos ya me no me hacen efecto
Aprendí a alejarme, sin culpa, de las cosas que me causan dolor.

No insistas en hacer pedazos páginas imposibles de romper
No gastes fuerzas en intentar cambiar el destino que lograste
Utiliza esas energías para que puedas salir de otras cosas
Utilízalas cuando ya no esté a tu lado, para levantarte…

No quiero que te acostumbres a depender de mí
No te quiero provocar que yo para ti sea indispensable
Debes aprender que las cosas no son eternas
Y que la única oportunidad en la vida es la primera,
Es en esa en la cuál debes discernir y hacerte de tus acciones, responsable.

No hagas más difícil ésta despedida
No será la primera ni la última para ti
Supongo que tampoco debe ser la más importante
Piensa en que existen más corazones esperando por ti.

Prefiero que todos me odien a que sientan lástima de mí
Debo aparentar ser una mujer insensible, sin corazón
Pero nadie sabe que lo que ocurre realmente dentro de mí
Nadie sabe que en éste momento muero, y que éstas son mis últimas palabras de amor…

By: DunnLie Bathory

1 comentario:

Anónimo dijo...

huf como dedo en la llaga eso si dolio no se en que estabas pensando cuando escribiste eso pero gracias por plasmas esas palabras muy paresidas a las que hay en mi corazón