CAMINOS.

He recorrido callejones,
escuelas,
iglesias,
burdeles;
por la calle con una botella en la mano
y una pena en la otra,
hallé a grandes señores;
en el congreso de un país
que se hace llamar nación desarrollada
cómodos,
acolchonados,
con los billetes del pueblo,
a políticos que se maquillan
para transparentar uno que otro fideicomiso;
he visto
a grandes maestros
durmiendo en humildes carpas
dignos de un Louvre,
y a meros pedagogos
como rectores en facultades de la cota mil;
He conocido
a los mejores curas sentados en la banqueta
compartiendo entre la peste y la mugre
un pan,
y a otros,
bordados con hilos de oro
ante grandes banquetes
bajo su izquierda un libro
y bajo su diestra
el mayor poder
que el hombre halla inventado.